El reto del empleo público

Jose Valle, 31/03/2017    #EMPLEO PÚBLICO, #EFICACIA



Imagen: InfoLibre

Frente a los mantras que repiten que en España hay escasez de empleados públicos y que además ganan poco, está la tozuda realidad. Puedo entender perfectamente que alguien que gana 2.000 euros al mes aún se considere mal pagado, aunque en muchos casos posiblemente no estaría de acuerdo. Si España tiene un problema de productividad, comparativamente, es porque son más los que tiran de la cifra hacia abajo, que los que la empujan hacia arriba.

En 2015, según Eurostat, en nuestro país trabajaban para el estado un 21,6% de nuestra fuerza laboral. Dedicando el 11,1% del PIB a pagar esas nóminas. Si se divide, la media era de unos 36.000 euros por cada empleado público. Una cifra notablemente superior a la del sector privado: 26.000 euros.

Y aún así España no es de los países que tienen más asalariados trabajando para las administraciones, en otros superan el 30% de su fuerza laboral. Si bien no tiene demasiado sentido compararse con países que juegan con condiciones completamente diferentes, debemos mirarnos en aquellos que podamos copiar.

Por ejemplo, Alemania tiene un ratio de un trabajador público por cada 29, frente a los 36 por esta sufrida España. ¿Por qué no tiene sentido compararnos? Porque cuando mencionan esta cifra se les olvida todo lo demás, sin ir más lejos cual es la tasa de paro: 18% en España frente al 4% alemán. Una cifra brutal por lo que significa de ingresos para el estado, que es de donde salen los salarios de los funcionarios. No olvidemos que aquí la cifra de paro nunca ha bajado del 7%. El efecto acumulativo de esos impuestos es brutal en la prosperidad de un país, entrando año tras año durante décadas en las arcas públicas.

Pero hay otro dato que me parece aún más importante. Mientras que están empleados el 74% de los alemanes en edad de trabajar, solo un 58% de los nuestros pueden aportar su esfuerzo al estado del bienestar. Si en España trabajasen esos 16 puntos más significaría, que sin tocar las cifras del paro, habría unos 5 millones más de empleados. Tendríamos a 23 millones de personas trabajando, nunca se ha alcanzado esa cifra, y podría haber aún 4 o 5 millones sin trabajar. Con el salario medio actual significaría más de 50.000 euros al año para nuestro manirroto estado.

Si además se redujese el paro al 4%, se sumarían otros 4 millones de trabajadores. Si España fuese Alemania estarían trabajando 27 millones de personas, en lugar de 18, 9 millones más. 100.000 millones más para el bolsillo del Estado.

Solo estas dos cifras, la de paro y porcentaje de trabajadores sobre la población en edad de trabajar, alteran completamente el equilibrio de las cuentas. No olvidemos que el 40% de los trabajadores en edad de trabajar no solo no tienen trabajo, tampoco lo buscan. Por tanto no tiene sentido comparar unas realidades y otras, que aún son más exageradas respecto a otros países. La magnitud de todas estos datos es apabullante y explican perfectamente nuestro nivel de competitividad, y lo que más preocupa al trabajador medio patrio después de la estabilidad en el empleo: cuanto ganaré a final de mes. Mejores sueldos, más impuesto y más facilidad para pagar a los funcionarios.

Por otro lado algunos sostienen, aunque pocos y sin demasiada insistencia, porque están incluidos en este grupo, que el gasto en los sueldos públicos se debe a las grandes diferencias salariales. Hay diferencias, pero lo cierto es que están bastante mejor repartidos de lo que pensaríamos. De hecho las diferencias en el sector privado son aún mayores.

En el estudio "El empleo público en España: desafíos para un Estado democrático más eficaz", presentado hace unos días por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), se afirma que el 59,6% de los empleados públicos ganan más de 2.173 euros al mes. Solo el 22,4% de los asalariados del sector privado supera esa cifra.

España necesita urgentemente frenar la expansión del gasto. Y hay que revertir esta tendencia en el propio sector público. El crecimiento de empleados y gasto es insostenible,lo más urgente pasa por obtener un mejor rendimiento del dinero que gastamos todos los ciudadanos. Más adelante se pueden incluso pagar mejores sueldos, no pasaría nada, pero primero la productividad tiene que mejorar sustancialmente.

La única forma de superar los problemas que tiene España es desde la realidad, avanzando en la dura competición a la que tenemos que hacer frente. Hay que partir de análisis rigurosos, comparados con lo que hacen en otros países a los que les va mejor. Tiene poco sentido hacerse trampas al solitario y aún menos hacer como que no pasa nada.




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