De los polvos y los lodos

Jose Valle, 04/06/2019    #ECONOMÍA, #ESTADO, #GASTO PÚBLICO



Imagen: Manuel P. L. de Corselas

Ayer acudí a una Oficina de Empleo, de nuevo. Me dicen que mi curriculum es exagerado y que hay que arreglarlo. Lo que no saben es que es la versión abreviada. En más de medio siglo trabajando legalmente desde los 13 años da tiempo para hacer unas cuantas cosas. 

En este centro las mesas están dispuestas en hileras paralelas, algunas enfrentadas, otras de espaldas. Me tocó una de éstas últimas. Por tanto veía perfectamente las pantallas de dos funcionarías, a dos o tres metros de distancia, que no dejaron de consultar Idealista, en los 20 minutos que estuve allí. Por lo que puede ver, fotos y cifras, la que tenía más cerca de mí buscaba un chalet por la zona de menos de 400.000 euros. Los había, parece.

Decía alguien que es imperioso resolver los problemas que tenemos y reducir las desigualdades en España. Obviamente ese imperioso solo pueden utilizarlos de esa forma tan categórica, los que jamás han creado un solo euro de riqueza. Muchos se autodeclaran progresistas.

El problema es cuando cada vez mayores cantidades de dinero se dedican “imperiosamente” a cualquier cosa, menos a reducir esas diferencias que se destacan. Fundamentalmente a construir castas y alimentar burocracias que no sirven para nada. Son útiles únicamente para quienes forman parte de ellas, pero las pagamos a escote entre todos. Eso sí que parece un problema real, porque existe y porque parece que a nadie le preocupa como solucionarlo.

En 1980 cada español aportaba 790 euros al mantenimiento del Estado. Hace ya varios años que cada uno de nosotros, incluyendo ancianos o niños, ponemos más de 10.000 euros de media por barba o moño. Eso significa que cada familia de cuatro miembros aporta más de 40.000 euros para sostener este Estado, cada año. Obviamente, como sucede con cualquier media, lo que no pagan unos corren por cuenta de otros, así que el esfuerzo que tienen que hacer algunos es sencillamente sobrehumano.

Uno diría que semejante cifra gastada cada año daría para alfombrar las calles de oro, pero no, es insuficiente, quieren más. ¿Por qué esta vez si van a gastar el dinero en solucionar el problema? ¿Por qué tenemos que creerles en esta ocasión? Porque después de 40 años seguimos igual: mañana sí. En esta legislatura ocurrirá.

La forma de gastar el dinero de todos los ciudadanos, la manera en que lo rapiña la clase política y lo que le cuelga, es inmoral. Y lo peor no es que se gaste de una forma tan ineficiente un recurso tan precioso, ya hace décadas. Es que no tiene visos de cambiar y que a una mayoría no solo no le parezca bien, tal y como están las cosas, sino que además quiera más.

¿Qué puede salir bien?    




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